En el hogar como espacio de convivencia, se desarrollan valores de amor, unión
familiar y respeto tanto hacia uno mismo como hacia los demás. El hogar nos provoca
la sensación de seguridad y calma. Además nos permite aprender habilidades para
relacionarnos, para resolver problemas, para tomar decisiones…
Siete “notas” nos darán las claves para lograr un ambiente de armonía en el hogar
propicio para el desarrollo personal y social de los niños/as:
Favorecer el diálogo
El diálogo nos ayuda a escuchar, a entender al otro, a conocerlo mejor, a poder llegar a
acuerdos.
El diálogo en la familia es muy importante, se tiene que fomentar y promover todos los
días, ya que favorece valores como la comunicación, la tolerancia hacia los demás y la
capacidad de admitir errores.
Mediante el diálogo, los padres y los hijos pueden intercambiar opiniones y verbalizar
sus problemas, que les ayude a evitar o a solucionar conflictos.
Respetar el tiempo del otro
Planificar y organizar los horarios y roles, las actividades y responsabilidades en el
hogar, es un consejo básico para mejorar la convivencia.
Además, con el paso del tiempo los miembros van desarrollando actividades
independientes a las del resto, por lo que es importante tener en cuenta los intereses y
responsabilidades de cada cual para lograr una planificación que se adapte y beneficie a
todos.
Tolerar los gustos diferentes
Respetar la individualidad de cada miembro de la familia, aceptando sus diferencias, es
clave para conseguir una buena convivencia familiar. También es fundamental como
base para enseñar a tomar decisiones sin prejuicios, ni estereotipos.
Mantener el orden
El respeto por los espacios compartidos es básico en una convivencia sana.
Generalmente, los conflictos surgen por compartir estos espacios en forma
desordenada. Por el contrario, el orden permite a los miembros de la familia sentirse
respetados e igualmente los hace ser respetuosos con los espacios y pertenencias del
resto.
Pero el orden debe estar presente no sólo en las cosas, la ropa o la habitación, sino en
la vida, las acciones y las actividades. El orden en las rutinas familiares repercute en el
rendimiento académico de los niños/as ya que les aporta confianza en sí mismos, les
ayuda a resolver sus deberes con mayor facilidad, y además, su atención y
concentración serán mayores.
Agradecer y Corresponder
El ser agradecido en familia y saber corresponder al otro, nos lleva a una espiral de
actitudes positivas que permiten generar un clima óptimo para la generosidad y la
bondad.
Cuidarse y cuidar a los otros
Para prevenir “crisis” y evitar enfrentamientos familiares, es necesario cuidarse a uno
mismo a la vez que se cuida de los demás.
Dedicar más tiempo a estar contento con uno mismo, realizar actividades relajantes,
estimulantes o divertidas, ayuda a encarar los problemas y aportar soluciones.
Sentirnos bien nos aporta energía para enfrentar cualquier reto
El silencio
El silencio es clave para calmar nuestro entorno. Nos permite escuchar, nos da espacio
para pensar y nos invita a la reflexión.
En el hogar hay que garantizar momentos de silencio que reduzca el estrés inducido por
el ritmo frenético del día a día.